A la vida, les respostes sovint depenen de les preguntes. Vols ser més feliç? Doncs diga-li a la vida!
En aquesta ocasió, us convido a llegir un extracte del llibre de Sandro Pucci “La Aventura de mi vida es mía”: Qué estás gritando TÚ al eco de tu vida?
Som-hi:
“Al amanecer de cierto día un joven discípulo y su Maestro iban caminando por el desierto, cosa muy usual los días en los que el discípulo iba a recibir una lección de vida. Luego de varias horas de caminata, el silencio del Maestro ante la andanada de preguntas de su joven discípulo hacía presagiar una aburrida caminata, hasta que divisaron un ojo de agua.
-¡Maestro, Maestro! ¿Es allí donde nos dirigimos?- dijo el discípulo, con voz ansiosa. No hubo respuesta.
Al llegar al manantial, el joven se abalanzó al agua, y después de saciar su sed se entretuvo chapoteando ante la mirada indiferente de su Maestro quien parecía que, en esta ocasión, no iba a pronunciar palabra.
Sosegado ya, el discípulo se percató que con los siglos las aguas habían formado un túnel con una embocadura de casi dos metros—y sabe Dios de qué extensión—por donde fluía el agua fresca y cristalina.
Se acercó entonces al hueco con el temor natural de quien se enfrenta a lo desconocido. Echó una mirada desconfiada y buscó los ojos ausentes de su maestro.
La curiosidad pudo más. El joven aprendiz se armó de valor y, asomando su cabeza al umbral de la interminable cueva del agua, gritó:
-¡Buuuuu!- El eco le contestó: -¡Buuuuu!-
-¡Maestro! ¿Qué es eso?- preguntó.
Sin esperar respuesta, miró de nuevo al interior de la cueva y gritó:
-¡Uaaaaaaaa!- El eco también gritó: -¡Uaaaaaaaa!-
Con miedo y ansiedad el discípulo preguntó:
-¿Maestro, qué es ese ruido que sale del túnel?- Sus ojos suplicaban una respuesta.
El Maestro, haciendo gala de su paciencia y sabiduría, le respondió:
-¡Es la vida, es la vida la que te responde! Como tú le hables, la vida te responderá-
-¡Hoolaaa!- dijo amablemente el Maestro asomándose al túnel.
-¡Hoolaaa!- Respondió el eco amablemente.
El maestro entró a la cueva y, extendiendo los brazos, lanzó un grito dulce, tierno y fresco:
-¡Soy feliz!- Y el eco le respondió: -¡Soy feliz!-“
I tu? Què li estàs cridant a l’Eco de la teva vida?